Sin encanto

Silueta de gato asomado a una ventana
Foto por Tiago Pereira

Yo esperaba que me llenase la vida de aventuras, y me llenó la casa de gatos. Deposité mis ilusiones en su atractivo fugaz, en lugar de arrojarlas directamente al contenedor de basura. Al menos, junto a los otros desperdicios, habría cabido la posibilidad de que alguien las rescatara, no sé, tal vez un indigente, hubiera aprovechado la chispa que por entonces mis ojos destellaban. Ni siquiera se me pasó por la cabeza que ese fulgor de ojos míos no alcanzaría para alumbrar tanta penumbra. Ahora, aquí me intuyo entre las sombras, alimentando gatos y silencios a todas horas, en esta caverna pétrea, fría, de estalactitas lagrimosas, pero sobre todo sin encanto.

Comentarios

  1. Despierta ternura. Un abrazo

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    Respuestas
    1. Curioso: los gatos despiertan ternura y son uno de los motivos del desamparo que sufre quien también termina provocando ternura. Todos somos un poco como gatos abandonados.

      Un abrazo, Loles, y mil gracias.

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