El orangután enjaulado

Orangután de mirada triste enjaulado
Foto por Rennett Stowe
Adivina a quién me encuentro ayer asomada al balcón ahí en mi calle, ¿eh, a quién me encuentro? Pues a quién va a ser: a la vieja cotilla. ¡Sí, coño, a la vieja cotilla, ésa que antes del confinamiento se pasaba todo el día sentada en la calle, en el banco que está frente a su portal! ¿A qué crees que se dedica ahora la cabrona, eh, cómo piensas tú que mata el tiempo? El tiempo y a la gente, porque menuda es, la señora... Pues a disparar a todo el mundo desde su balcón, que parece que se hubiera apostado ahí con su carabina para hacer blanco en todo el que pasa. ¡En la vieja del visillo se ha reconvertido la muy tarada, en qué otra cosa si no!... Va, y ve pasar un chaval, ahí, to ocioso, ¿y qué crees que le dice, eh? ¿Qué crees que le dice? Pues va y le dice, la muy zorra: «¡Eh, oiga, no se puede estar en la calle!» ¡Pero será cabrona, que ni ahora deje a la gente en paz!... ¡Y encima, manda huevos que sea ella quien lo diga, que no se pueda estar en la calle!... Pero si se pasaba media vida ahí ganduleando, sentada en el banco, que parecía que se hubiera adueñado de él y de la calle entera!.. ¿Y el chaval, qué crees que le responde a la vieja, eh, qué crees que le responde? Pues nada: va y le dice que no está haciendo nada malo, y que, además, como vive solo a nadie va a contaminar. Pero la vieja insiste en darle la monserga, y el chaval, lo flipas: ¿qué hace, eh, qué le hace a la vieja? Pues va, y le hace una peineta, qué puto crack, ahí, en toda su jeta. Bueno, en realidad, él en la calle y la vieja allá arriba, en lo alto, mirándole con los ojos desorbitados como canicas, de las gordas, que parecía que quisieran jugar al gua y lanzarse desde el balcón sobre el chaval, como pelotas de antidisturbio. Y la vieja, pues ya te imaginas, cómo se pone: to rallaá ¿Y a que no sabes qué parecía cuando se puso a dar alaridos, ahí, increpándole al muchacho como una descosida? Pues un puto mandril, parecía, un simio, encaramada como estaba en su balcón y balbuceándole al tipo. Porque ¿sabes qué llevaba puesto en la cara, la señora? Pues qué iba a llevar en estos tiempos: una mascarilla. ¡Una mascarilla, tío, como si el coronavirus fuera a trepar por la fachada igual que un Casanova desesperado para irle a comer su chocho arrugado! ¡Un puto simio, sí, parecía la vieja, un mandril en celo gruñéndole al pobre chaval!... Y no contenta, todavía aún el mandril, como si no le hubiera bastado con entrometerse en la vida del muchacho, va, y cuando aparece una señora paseando a su perrito, uno de esos canijos que no tienen ni media patada, ¿qué crees qué le dice la vieja, eh, qué le dice? ¿La regaña también? ¡Pues no!: va, y le comenta que en Tele 5 ha salido, en el telediario o no sé dónde coño, que ahora hay gente que sacan a pasear a sus perros desde las ventanas. ¡Joder, con la peña, acaban de inventar los perros teledirigidos!... Se nos está yendo un poco la pinza a todos, ¿eh? con esto del confinamiento. ¿Y cómo crees que, según la vieja, baja esa gente a sus pobres perritos a la calle, eh, cómo los bajan desde las ventanas? Pues, por lo visto, los meten dentro de un cestillo que descuelgan con una cuerda, como hacen los helicópteros cuando utilizan esa canasta que llevan para rescatar a los domingueros que se creen alpinistas. ¡Ya se podían quedar esos dentro de sus casas todo el tiempo, mierda de domingueros!... Y no acaba ahí el show de la vieja del visillo, ¿eh?, no acaba ahí el espectáculo... Detecta ahora, con su radar, a una niña, bastante canijilla, en uno de los balcones del bloque de enfrente, y ¿qué crees que hace, eh, qué improvisa ahora? Pues ¡se pone a cantar a voz en alto! ¡Dios, es la polla, esa puta vieja! ¿Y qué le canta a la niña, a que no adivinas qué se pone a cantarle? ¿La canción del Resistiré, ésa que le ha dado por cantar ahora a todo el mundo cuando llegan las 8 de la tarde? ¡Hasta la polla estoy, de la mierda de canción, del Dúo Dinámico y de toda esa gente, Dios, qué jartibles que son algunos!... Y lo que nos queda por aguantar la dichosa cancioncita, porque esto va para largo, ¿eh?, esto va para largo y todavía nos queda mucho por sufrir, que vamos a terminar todos como medio tarados por culpa de la cancioncita y otras polleces que la gente inventa, por ejemplo tanto meme sin sentido!... Pues lo que te decía, ¿qué crees que le canta la vieja a la niña, eh, qué le canta? Pues la canción de los payasos de la tele: «¡Hola don Pepito, hola don José!» Yo me partía el culo con la vieja, un puto espectáculo sin parangón y además gratis, verla en su balcón como un orangután enjaulado, mascullado la letra de la canción con la mascarilla puesta, que ni se la entendía ni na, y además bailando, qué risa, casi muero! Me dieron hasta ganas de lanzarle cacahuetes desde mi ventana, que porque no tenía a mano y las tiendas de los chinos están todas cerradas, que si no, te juro por mi madre que había bajado a comprar, ya te digo... Cada día lo flipo más, con esto del confinamiento... Ojalá que nunca acabe, porque es un continuo show...

Comentarios

Entradas populares