Noche de Reyes Magos


Rey mago como perdido
Hay quien es feliz con su ignorancia. A mí me duele el estado del mundo y de las cosas. Qué le voy a hacer si soy de los que prefiero saber siempre la verdad aunque sea dolorosa. Siempre me dijeron que soy un tipo pesimista, pero bueno: yo más bien digo de mí mismo que me gusta buscarle tres pies al gato. En ocasiones me he dado cuenta de que las cosas no eran tal y como me las contaban, sino más bien se parecían bien poco. "Vete por la sombra, no te vaya a dar el sol y percibas las cosas de forma distinta a como son". Pero claro, tampoco hay que creer del todo a esos paranoicos que parecen ver en cada asunto una conspiración del ejército, la CIA, el gobierno, o qué sé yo...

"El saber os hará libres", no sé ni dónde ni cuándo se inventaron eso, pero yo creo en ello a pies juntillas (a menos que venga el cabrón de tu cole y te agarre por el cuello, claro). Pero la libertad no nos hace necesariamente felices. En ocasiones, más bien ocurre lo contrario. Si hemos de escoger, que preferiríamos: ¿ser felices e ignorantes, o ser infelices y unos sabios libres? Lean "Un mundo feliz", de Aldous Huxley. Yo creo que lo tengo claro... o no. O sí: creo que prefiero ser un hombre libre, totalmente consciente de todo lo que ocurre y me influye. Prefiero elegir mi propio camino, más que los caminos de felicidad de papel celofán en los que algunos nos envuelven...

Yo observo el mundo y pienso. Y veo que aquí todos bailan, mientras en otros lugares, aquí mismo, otros lloran. Nuestro consumo es tal que no quedará nada para nuestros hijos o nietos: ni las migas. Preferimos bailar y no saberlo. Disfrutamos con nuestro equipo de fútbol favorito, mataríamos por sus colores, y mientras el presidente de turno lleva el club a la ruina. Y de paso se enriquece a costa nuestra con la especulación inmobiliaria. Cada mes medio sueldo es para pagarle la letra del piso, pero preferimos no saberlo. El camarero inmigrante gana una mierda y le tratan mal. Creo que todos preferimos no saber que escupió en la hamburguesa que ahora nos sirve con una estúpida sonrisa: "señor: su hamburguesa :o) ".

Me indigna la felicidad de los estúpidos cuando es a costa de un tercero: del planeta, de la miseria del tercer mundo, del futuro de nuestros hijos...

Pero hoy es la noche en que vienen los Reyes Magos cargados de regalos. Bueno; eso es lo que me contaban mis padres. Un día me dijeron que no eran los Reyes los que dejaban los regalos, sino ellos mismos. Ellos mismos se pimplaban el anís y los polvorones que les habíamos dejado la noche anterior. Pero hasta ese día en que me llegaron el gran secreto, fui un niño ignorante y feliz. Y la verdad, es que esta noche para mí sigue siendo como mágica. A pesar de que es la noche de la gran mentira, quizá no me importaría seguir creyendo en los Reyes Magos una noche más...

La excepción confirma la regla, y todo es relativo. Prefiero ser un sabio libre y algo infeliz, a ser un estúpido glotón. Menos en la noche de Reyes Magos, en la que no me importa ser engañado a cambio de un poquito de felicidad. Creo que debo irme a dormir ya; si me encuentran aquí despierto, me parece que me voy a quedar sin regalos. Porque yo me he portado bien este año, ¿no?

Comentarios

  1. Si... aunque decidamos ser hombres y mujeres libres conscientes... (si es que algún día somos capaces de conseguirlo...pero esa reflexión la dejo para otro momento...) yo también esta noche prefiero creer en la magia... sólo por un día, recuperar esa inocencia infantil, esa capacidad de sorpresa... esa ilusión... todo depende de según lo viva cada uno... si lo de menos es el valor del regalo, y lo de más es la ilusión que pones en hacerlo, y que sabes que los demás ponen... entonces sí, merece la pena... Hoy este simple comentario es mi regalo de reyes... Y yo también me iré a dormir, que ya va siendo hora, y vienen los Reyes Magos... ;-)

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  2. Aunque en general también me gusta ser consciente de lo que pasa a mi alrededor y en el mundo, hay algunos momentos en que prefiero olvidar las cosas que suceden en el mundo y centrarme únicamente en los que tengo a mi alrededor
    A veces por pensar tanto en el mundo en el que vivimos podemos descuidar a la gente más cercana que son los que día a día están junto a uno y, que de alguna manera forman el mundo de cada uno.
    Me gusta que exista la magia de los reyes magos y ver la ilusión en la cara de los niños: tengo la suerte de poder compartir con esos pequeños seres muchos momentos de mi vida.
    Que haya mucha ilusión y alegría para todo este año; que dure la alegría de para siempre o al menos para un montón de días.

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