Como el primer día de parvulitos: tengo miedo


Recuerdo, vagamente, el primer día de parvulitos. Mi madre me dejó ahí solito, en medio de un montón de críos de mi edad, y se fue. Entonces sentí un pánico atroz, y me puse a llorar. Todos los comienzos de alguna historia tienen algo parecido: sufres un tremendo pánico. Cuando te haces grande, te llevas un libro, para disimular. Pero no lees nada, al menos yo. El pánico me atenaza.

Pues eso: un blog, algo desconocido, imenso, de cemento, como el gran patio del colegio en que cursé parvulitos, casi ayer mismo. Tengo miedo, quiero que mi mamá vuelva. Uaaaaaaaaa...

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